Sin duda
muchos de ustedes mis hermanos lectores asisten a misa los domingos, o por
algún motivo en especial han asistido; me voy a referir en esta oportunidad a
un momento en particular durante la celebración de la Eucaristía, el “rito de
la paz”. En la mayoría de Iglesias cuando llega este momento tan importante en
la liturgia el lugar se convierte en un “mercado”, es verdad espero no herir
susceptibilidades con mis palabras pero en muchos casos da la impresión de
estar en un lugar donde todos gritan, se saludan como cuando no ven a un amigo
después de mucho tiempo, etc.
El momento
de la paz a llegado, y es entonces donde vemos que algunas de las personas que
se encuentran sentados en la parte
delantera de la Iglesia se va corriendo (en el mejor de los casos camina
rápido), hasta donde está su familiar que no tuvo la suerte de encontrar
asiento y está de pie en la parte posterior muy cerca a la puerta de
salida; otras personas comienzan a
abrazarse con un sonido muy fuerte en la espalda, otros van de banca en banca
saludando a todos, otros voltean, etc. Estas cosas mis hermanos distraen la
celebración, y para “colmo de males” el coro entona un “canto de paz”, el cual
déjenme decirles no es momento para cantar; ya que si recordamos seguido a la
paz el sacerdote fracciona la Eucaristía y se recita o canta el “Cordero d
Dios”, por lo tanto en el momento de la paz no se canta.
Con el rito de la paz, la Iglesia implora la
paz y la unidad para sí misma y para toda la familia humana, al mismo tiempo
que los fieles expresan la comunión eclesial y la mutua caridad, antes de
recibir la comunión.
El gesto de la paz mis hermanos es un signo de
fraternidad, signo realizado por toda la asamblea en orden, este gesto
significa llevar a trabajar por la paz y la unidad de todos los cristianos, la
paz no significa pedir perdón a nadie. En el rito de la paz el celebrante
no abandona el altar, así que el diácono y algunos ayudantes (acólitos,
monaguillos) se dirigen a él para recibir la paz. El signo de la paz se lo dan
entre sí los que están más cerca. Los acólitos no deben deambular por el
presbiterio ni van por la iglesia dando la paz a todo el mundo.
La paz se debe dar únicamente a los que están a
nuestro lado, tanto a nuestra derecha como a nuestra izquierda, aunque no
los conozcamos, ya que esto significa desear la paz a todos los presentes en la
misa. Esos barullos que, con la mejor de las intenciones, se montan a
veces en este momento, incluso muchos saliendo de sus lugares para darle la paz
a otros conocidos, están de más, esto quiere decir que tampoco se va a
gritar al conocido que se encuentre en otro lugar “la paz”.
Sobre esto mencionado se encuentra ya escrito por “La
Congregación del Culto Divino”, el cual invito a leer en su
totalidad. Ya que incluso dicho documento indica que si el sacerdote ve que se
va a armar un alboroto en la asamblea puede omitir dicho saludo. Invito a ver
el documento completo visitando la página del Vaticano en el cual podrán ver
muchos documentos sobre la liturgia.
Así que hermanos ya
sabemos, debemos guardar la compostura y el respeto necesario hacia Jesús
sacramentado que se encuentra en la Iglesia. Si tienen algunas dudas o
sugerencias para algunos temas a tratar no duden en escribirme. Que Dios y
santa María nos bendigan y ayuden en nuestra vida diaria.
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