viernes, 17 de marzo de 2017

LA PAZ EN LA MISA

Sin duda muchos de ustedes mis hermanos lectores asisten a misa los domingos, o por algún motivo en especial han asistido; me voy a referir en esta oportunidad a un momento en particular durante la celebración de la Eucaristía, el “rito de la paz”. En la mayoría de Iglesias cuando llega este momento tan importante en la liturgia el lugar se convierte en un “mercado”, es verdad espero no herir susceptibilidades con mis palabras pero en muchos casos da la impresión de estar en un lugar donde todos gritan, se saludan como cuando no ven a un amigo después de mucho  tiempo, etc.

El momento de la paz a llegado, y es entonces donde vemos que algunas de las personas que se encuentran  sentados en la parte delantera de la Iglesia se va corriendo (en el mejor de los casos camina rápido), hasta donde está su familiar que no tuvo la suerte de encontrar asiento y está de pie en la parte posterior muy cerca a la puerta de salida;  otras personas comienzan a abrazarse con un sonido muy fuerte en la espalda, otros van de banca en banca saludando a todos, otros voltean, etc. Estas cosas mis hermanos distraen la celebración, y para “colmo de males” el coro entona un “canto de paz”, el cual déjenme decirles no es momento para cantar; ya que si recordamos seguido a la paz el sacerdote fracciona la Eucaristía y se recita o canta el “Cordero d Dios”, por lo tanto en el momento de la paz no se canta.

Con el rito de la paz, la Iglesia implora la paz y la unidad para sí misma y para toda la familia humana, al mismo tiempo que los fieles expresan la comunión eclesial y la mutua caridad, antes de recibir la comunión.

El gesto de la paz mis hermanos es un signo de fraternidad, signo realizado por toda la asamblea en orden, este gesto significa llevar a trabajar por la paz y la unidad de todos los cristianos, la paz no significa pedir perdón a nadie. En el rito de la paz el celebrante no abandona el altar, así que el diácono y algunos ayudantes (acólitos, monaguillos) se dirigen a él para recibir la paz. El signo de la paz se lo dan entre sí los que están más cerca. Los acólitos no deben deambular por el presbiterio ni van por la iglesia dando la paz a todo el mundo.

La paz se debe dar únicamente a los que están a nuestro lado, tanto a nuestra derecha como a nuestra izquierda, aunque no los conozcamos, ya que esto significa desear la paz a todos los presentes en la misa. Esos barullos que, con la mejor de las intenciones, se montan a veces en este momento, incluso muchos saliendo de sus lugares para darle la paz a otros conocidos, están de más, esto quiere decir que tampoco se va a gritar al conocido que se encuentre en otro lugar “la paz”.

Sobre esto mencionado se encuentra ya escrito por “La Congregación del Culto Divino”, el cual invito a leer en su totalidad. Ya que incluso dicho documento indica que si el sacerdote ve que se va a armar un alboroto en la asamblea puede omitir dicho saludo. Invito a ver el documento completo visitando la página del Vaticano en el cual podrán ver muchos documentos sobre la liturgia.

Así que hermanos ya sabemos, debemos guardar la compostura y el respeto necesario hacia Jesús sacramentado que se encuentra en la Iglesia. Si tienen algunas dudas o sugerencias para algunos temas a tratar no duden en escribirme. Que Dios y santa María nos bendigan y ayuden en nuestra vida diaria.


lunes, 13 de marzo de 2017

VIA CRUCIS

El “Camino de la Cruz” o como en latín se suele decir “Vía Crucis”, se refiere a los diferentes momentos vividos por Jesús desde el momento en que fue aprehendido hasta su crucifixión y sepultura. El Vía Crucis es una de las más antiguas devociones practicadas por el catolicismo en todo el mundo, que consiste en acompañar a Jesús en su Pasión y Muerte, en sus horas finales, repasando 14 momentos o estaciones desde que Jesús fue condenado a muerte hasta se sepultura.

Se trata de un acto de piedad, un camino de oración que busca con la meditación de la pasión y muerte de Jesucristo poder configurarse y revivir los momentos de amor del Hijo de Dios para nuestra salvación.

Por ello la Iglesia recomienda vivamente realizar el rezo del “Vía Crucis” ya que de esta manera podemos acompañar y revivir lo que nuestro Señor Jesús pasó por amor a nosotros, y así como el Cirineo ayudo a cargar la Cruz de Cristo, así nosotros ayudamos y acompañamos en este Camino de la Cruz a Jesús rumbo al Calvario.

Indulgencias

Se concede indulgencia plenaria a los fieles cristianos que devotamente hacen las Estaciones de la Cruz.

El ejercicio devoto de las Estaciones de la Cruz ayuda a renovar nuestro recuerdo de los sufrimientos de Cristo en su camino desde el praetorium de Pilato, donde fue condenado a muerte, hasta el Monte Calvario, donde por nuestra salvación murió en la cruz.

Las normas para obtener estas indulgencias plenarias son:

1. Deben hacerse ante Estaciones de la Cruz erigidas según la ley.

2. Deben haber catorce cruces. Para ayudar en la devoción estas cruces están normalmente adjuntas a catorce imágenes o tablas representando las estaciones de Jerusalén.

3. Las Estaciones consisten en catorce piadosas lecturas con oraciones vocales. Pero para hacer estos ejercicios solo se requiere que se medite devotamente la pasión y muerte del Señor. No se requiere la meditación de cada misterio de las estaciones.

4. El movimiento de una Estación a la otra. Si no es posible a todos los presente hacer este movimiento sin causar desorden al hacerse las Estaciones públicamente, es suficiente que la persona que lo dirige se mueva de Estación a Estación mientras los otros permanecen en su lugar.

5. Las personas que están legítimamente impedidas de satisfacer los requisitos anteriormente indicados, pueden obtener indulgencias si al menos pasan algún tiempo, por ejemplo, quince minutos en la lectura devota y la meditación de la Pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo.

6. Rezar por las intenciones del Papa y del obispo del lugar.

Siempre que se hacen las Estaciones con devoción en cualquier lugar, ya sea públicamente o en privado, se obtendrán muchas gracias. Claro que deben hacerse de corazón, con sincera intención de conversión.

Las Estaciones de la Cruz se pueden hacer con gran beneficio todo el año y son especialmente significativas durante la Cuaresma.

Cada viernes santo, el Santo Padre dirige las Estaciones de la Cruz desde el Coliseo en Roma para recordar a los mártires y nuestro llamado a seguir sus pasos.

Revivamos, a través de nuestro caminar, la construcción del tiempo, minuto a minuto, de las veinte horas que cambiaron la historia del mundo, por ello les dejamos hermanos las estaciones del Vía Crucis.

·         1ª Estación: Jesús sentenciado a muerte
·         2ª Estación: Jesús carga con la cruz
·         3ª Estación: Jesús cae por primera vez.
·         4ª Estación: Jesús encuentra a María, su Madre.
·         5ª Estación: Simón ayuda a llevar la Cruz de Jesús
·         6ª Estación: la Verónica enjuga el rostro de Jesús
·         7ª Estación: Jesús cae por segunda vez.
·         8ª Estación: Jesús consuela a las hijas de Jerusalén
·         9ª Estación: Jesús cae por tercera vez
·         10ª Estación: Jesús despojado de sus vestiduras
·         11ª Estación: Jesús es clavado en la Cruz
·         12ª Estación: Jesús muere en la Cruz
·         13ª Estación: Jesús es bajado de la Cruz y entregado a su Madre.
·         14ª Estación: Jesús es sepultado.